HERENCIA, CULTURA, HISTORÍA Y UN AMADO PACÍFICO COLOMBIANO

Las pasiones se transforman, los anhelos se hacen más robustos, los sueños cambian de vientos, pero la añoranza por rescatar la cultura, el pasado y por homenajear a la herencia se mantiene intactos en Begner Vásquez , William Angulo, Enrique Riascos, Julio Mancilla, Etiel Alegría, Pablo Mancilla, Julio Sánchez, Cristhian Salgado, Andrés Pinzón , Omar Trujillo y Harlinson Lozano, quienes después de 15 años y tras fusionar las raíces del Timbiquí que los vio crecer, y la Cali que los recibió para emprender su nueva aventura ‘Herencia de Timbiquí’, siguen con el afán de crear una Industria alrededor del Pacífico colombiano.

La búsqueda por generar un diálogo que abriera paso a la generación de conocimientos ancestrales, fue la que motivó a Begner Vásquez -compositor y voz de herencia- a encontrar no solo los sonidos que identificaran su tierra, sino además un nombre que resaltará su esencia “Me acuerdo tanto que queríamos formar un grupo y no sabíamos cómo ponerle, y me quede mirándolos, entonces dije: este es hijo de fulano que es músico, este es sobrino de fulano que es músico, este es hijo de fulano que es músico; mi papá, mi mamá y mis abuelos también son músicos y expuse que esto era una herencia y esa fue mi propuesta, después se unificó con el Timbiquí”.

Y desde entonces, al ritmo de marimba, bombo, clarinete, cunuco y guasa, habitantes de Cali y hasta turistas que dicen tener un afro inmerso, continúan contagiándose del sabor del Pacifico colombiano, gracias a la invitación que hoy les hace Herencia, la misma que se escucha en su canción “Te invito a vivir con migo las lunadas que realizan en mi pueblo, las noches de luna llena y los aguaceros cuando ya es invierno. Nuestras fiestas patronales a ver los arrullos en cada diciembre y juntos en año nuevo tratar de cumplir los años que se tienen”.

Enrique Riascos –marimbero de Herencia y actual rey de la marimba- asegura que Herencia de Timbiquí ha logrado apartar los credos políticos, religiosos o el color de su música y en cambio, ha revivido la cultura de un pueblo que se avergonzaba de sus raíces “te puedo asegurar que en Guapi, donde nací, no teníamos el mismo recibimiento que tenemos ahora, porque la gente se sentía menospreciada, pero la lucha de quienes nos sentimos orgullosos de nuestra historia, permitió un orgullo colectivo y ahora la historia es otra”.

Sin embargo, esto es producto de la constancia y de sueños que aunque cambien de vientos les permiten como a Begner afirmar “Los mejores momentos de mi vida los viví en Timbiqui, pero Cali nos recibió con brazos que nos pidieron quedarnos”. Y aunque seguramente, añore aún muchas cosas de su tierra, como las frutas que encontraba detrás de casa, en Cali encontró los frutos que junto a Herencia, cultivó hace ya 15 años.

Enrique por su parte, asegura que extraña las fiestas patronales, el baile, las comparsas, pero especialmente extraña a la familia que dejo allá y la tranquilidad que solo encontraba en Guapi “el aire que se respira es diferente, cuando llegue a Cali todo se movía a otra velocidad, por eso cuando voy a visitar mi pueblo trato de estar tranquilo, oxigenar el cerebro y bajar mi ritmo, pero me amañe en Cali porque estoy haciendo lo que quiero y porque probablemente si nos quedábamos en Timbiquí, con Herencia no habría pasado nada, el casi inexistente acceso a las vías terrestres y a los medios de comunicación, dificultarían nuestro crecimiento”.

Alrededor de la industria de la música ellos han encontrado su sello, y las razones por las cuales permanecen aún vigentes en el mercado, se refieren especialmente a la a la autenticidad de su sonido –fusiones del pacifico con la música latina, el rock, el jazz o el funksus- que comparan con el trabajo musical de su mayor referente musical Carlos Vives y la autenticidad sus letras, convirtiéndose estas en frases que le permiten al oyente identificarse, desde donde su relación es directa con lo que representa la salsa choque para Cali “Alguien dijo en una rumba ‘ ay primo la rumba va sola’ y entonces se lanzó una canción con este nombre, pues nosotros ‘los invitamos a vivir las lunadas que realizan en mi pueblo’ y quien las vivió sabe de qué se trata y entonces se sintió parte de nosotros”.

Herencia de Timbiquí, asegura que no busca alejarse de su origen, ni del folclor de la tierra, pero si espera crear algo completamente único que permita dar a conocer el Pacifico Colombiano y crear una Industria cultural alrededor de su música, pues bien se los dijo Carlos Vives “su propuesta es muy interesante, porque ustedes no hacen música folclórica del pacífico, ustedes hacen música industrial para el pacífico y esto es todo un modelo de negocio”.

Ampliar su nicho de mercado, es entonces su nuevo objetivo y han decidido escalar peldaño tras peldaño. Aunque en el camino han encontrado éxitos como los galardones que llevan su nombre: premios Shock de la Música Colombiana,, Festival De Música del Pacifico Petronio Álvarez, y el Festival internacional de Viña Del Mar, Chile 2013, que les mereció una Gaviota de Plata a la Mejor Interpretación Folclórica con su canción “AMANECÉ” y ahora le apuestan a los Latín Grammy 2015 “No es que herencia sueñe con un Grammy, soñamos con ganarnos todos los galardones, todos los premios que visibilicen a la música del pacifico, a través de Herencia, porque el tema no es ganarse un premio, si no aprovechar ese premio para publicitar todo lo que uno hace por la región”.

Tal como lo plantearon alguna vez “¿Cómo suena una tarde a las orillas del Rió Timbiquí cuando la Marimba y los tambores se apoderan del silencio en medio de la selva colombiana? Mucha gente se debe preguntar esto, los integrantes de Herencia de Timbiquí lo saben porque de allí vienen y esa es su “herencia”.

Por esto su compromiso social es alto y han asumido retos desde el corazón que los han puesto a jugar como si fuese un juego de ajedrez “nuestra meta es procurar ganar siempre el juego y no darnos jamás por vencidos, porque no estamos solos, estamos representando al pacifico, a nuestros hermanos y a nuestra cultura”.