Un legado de tradición

Es de suma importancia resaltar que Santiago de Cali es una ciudad que recibe a personas de diferentes culturas, según un reciente estudio de la Consejería de Asuntos Afrocolombianos de la Alcaldía, el 60% de los caleños son afrocolombianos.
Es increíble cómo podemos llegar a desconocer el significado de lo que nos hacemos en nuestro cuerpo o lo que llevamos puesto, cómo sencillamente nos dejamos guiar únicamente por la belleza física por la clase de la ropa que llevamos, los zapatos y hasta los peinados.
Las “Tropas”, aquellas trenzas realizadas por las mujeres palenqueras, mujeres afro que huyeron de la esclavitud junto con hombres, niños y personas mayores y que fundaron poblados ubicados en lugares de difícil acceso, a los que se le llamaron “Palenques”.
Esas trenzas que hoy en día nos hacemos por moda, las que vemos que nos ofrecen las mujeres afro cuando vamos a las costas, esas que también vemos en las pasarelas y hasta en la fotografías de campañas, pero ¿En realidad sí saben todo el trasfondo y significado cultural que esto trae?
Las Tropas datan desde hace 500 años, en la época de la esclavitud. Estos peinados no son simplemente una manera de verse bien o de recogerse el cabello de una manera distinta. Ésta era la manera de escape de los esclavos, las mujeres, quienes tenían más libertad para recorrer los campos y ver con detalle todos los senderos posibles para huir, se sentaban por largas jornadas a hacerse estas trenzas para trazar el camino de huida de los hombres. Crearon un código, un mapa, que sólo entre ellos entendían y lo cual les permitió llegar al camino de la libertad. Además, tuvieron la ventaja de que muchos de los amos no lo sabían, ni se lograban imaginar que las trenzas conllevarán un trasfondo tan grande.
Fue tal el alcance de las trenzas que aunque son de raíces africana se trasladaron a Europa, donde reflejaba el estatus ya que, entre más ostentosa fuera la trenza indicaba más dinero. Actualmente los peinados no son el reflejo de nuestro poder adquisitivo, hoy en día nos preocupamos más por tener grandes carros, casas, la mejor ropa de marca o diseñador y viajar por todo el mundo para demostrarle a los demás que tenemos dinero, porque no gusta dejarle en claro a los demás que somos más ricos que ellos y que podemos hacer más cosas que los que no tienen tanto dinero.
A estas obras, como a los cuadros de pintura también se les asignan un nombre. Algunos de ellos son “Bordebalay”, el cual refleja un instrumento hecho en Icara en el cual los campesinos secan al aire el arroz y el maíz. Otro de los nombres es el “Hundiíto”, el cual hace alusión a las montañas, a las rutas de escape, “Los Borreguitos”, este es el reflejo del sometimiento de los esclavos, las “Carreítas”, son las secuencias de los caminos de la región y la “Puerca paría” el cual es un símbolo de prosperidad. Estos son apenas unos cuantos nombres que se le s ha asignado a estos peinados.

Las niñas quienes tienen muy claro su cultura y sus raíces por lo cual dejaban atrás sus juguetes para aprender la labor y el arte que conlleva hacer estas trenzas. Sus comienzos iban desde sostener el cabello para evitar que se enredara hasta llegar a hacer toda esta obra de arte tejida en el cuero cabelludo de las mujeres, todo esto se hace en familia o entre amigas, quienes se sientan a hablar, mientras trenzas los cabellos de las mujeres. Esto no es sólo una diversión, esto es de gran importancia en estas comunidades porque, en sus manos tienen el poder de contar cualquier historia y dejarla plasmada en la cabeza.
En cambio hoy en día en nuestra cultura, las niñas ya no se interesan por jugar a la lleva, a las escondidas o les piden a los papás cierta muñeca, cierto carro de la Barbie y todos los juguetes que ven en los almacenes. En estos tiempos les dicen a sus papas que quieren los mejores celulares, con un plan de datos y minutos ilimitados. Ya no son los adultos quienes les enseñan a los niños a como se deben manejar ciertos aparatos electrónicos, sino que son niños de 10 años quienes nos enseñan a nosotros a como es el uso correcto de estos. Ya se perdió el interés en las reuniones familiares, vemos imágenes de toda una familia reunida en la sala chateando entre quien sabe quién pero no entre ellos, no dejan espacio para la conversación, para contarse que ha sucedido en sus vidas, para reírse de los chistes y para aconsejarse unos a los otros cuando es necesario.
Debemos dejar de ser superficiales y de desconocer la raíz de todo, debemos dejar de creer que todo lo sucede es porque sí, porque surgió de la nada. Debemos aprender a buscar los significados de las cosas, buscar que es lo que ocurrió y cuál es el trasfondo de lo que sucede. Nos acostumbramos a que nos vestimos y hacemos las cosas por inercia, porque los demás lo hacen o simplemente por moda. Somos unas personas ciegas que caminan por el mundo sin preguntarse el porqué de las cosas y copiando lo de los demás.